En un acto cargado de fe y esperanza, el templo María de la Altagracia fue bendecido oficialmente en la comunidad de Hoyoncito.
La ceremonia, presidida por monseñor Francisco Ozoria Acosta, arzobispo primado de América, contó con la presencia de la primera dama de la República, Raquel Arbaje, y otras autoridades eclesiásticas y gubernamentales.
El emotivo evento también reunió a monseñor Santiago Rodríguez, obispo de la diócesis, y monseñor José Dolores Grullón, quienes acompañaron la bendición del templo, impulsado por el Obispado de San Pedro de Macorís y la Comisión Nacional Unidos por la Altagracia.
La primera dama Raquel Arbaje destacó el compromiso del Gobierno con el apoyo a proyectos que promuevan la unidad y el bienestar espiritual de las comunidades. “Este templo es un espacio de encuentro y fortalecimiento de la fe, que será de gran impacto para las familias de la región”, expresó Arbaje.
«Con la inauguración del templo María de la Altagracia, en Hoyoncito, un lugar de gran significado histórico y espiritual, celebramos la tradición que honra a Nuestra Señora de la Altagracia. Este templo, ahora parte del “Camino de la Altagracia”, es un símbolo del amor, la fe y la devoción que nos unen como nación», escribió en la red social X.
Cientos de fieles asistieron a la misa y a la procesión de bendición, manifestando su alegría y devoción hacia la virgen de La Altagracia, considerada la patrona del pueblo dominicano.
Conmemoración de La Altagracia
Durante el acto, la Comisión Nacional Unidos por La Altagracia, adscrita a la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), puso en circulación el libro La que eligió su pueblo, una obra conmemorativa que recoge momentos clave del centenario de la coronación canónica de la imagen de la virgen de La Altagracia.
Este acontecimiento histórico, celebrado entre agosto de 2021 y agosto de 2022, marcó un hito en la vida religiosa y cultural del país, consolidando aún más la devoción hacia la virgen como símbolo de identidad y fe para los dominicanos.
El nuevo templo María de la Altagracia se erige ahora como un faro espiritual en Hoyoncito, uniendo a la comunidad bajo el amparo de su patrona y fortaleciendo las tradiciones religiosas que son parte esencial de la cultura dominicana.




