lunes, 6 octubre, 2025
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Cris Ramírez: la migrante dominicana que venció la meningitis y llega a Harvard

“¿De verdad soy yo? ¿Estoy en Harvard?”, se preguntaba Crismarlin Ramírez (Cris), una migrante dominicana que, a los 18 años, sobrevivió a un paro respiratorio provocado por una meningitis que casi le arrebata la vida y sus sueños.

Hoy camina por los pasillos de una de las universidades más prestigiosas del mundo y es reconocida como migrante destacada en Chile.

Desde niña Cris soñaba con salvar vidas, y cursando la carrera de Medicina en una universidad de Santiago de los Caballeros, tuvo una caída que la alejó de las aulas y la llevó a un largo proceso de terapias físicas.

A las molestias constantes provocadas por una hernia, un día se sumaron otros síntomas como parálisis, lo que hizo creer a los médicos que eran efectos de la caída.

“Estuve tres días en la Unidad de Cuidados Intensivos sin un diagnóstico preciso” y al cuarto día suministrándole medicamentos, una reacción alérgica le provocó un paro respiratorio. Ahí fue confirmado, tiene “meningitis”, cuenta Cris, hoy con 30 años, al ser entrevistada en el Podcast Deyanira en Alta Voz.

La OMS define a la meningitis como la inflamación de los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal y en el caso de la meningitis bacteriana, una de cada seis personas que la contrae muere.

Los sueños de Cris estaban en pausa, desconociendo que la vida le tenía otro escenario para lograrlo, Chile, a más de 4,800 kilómetros de su natal provincia de Monte Cristi, en el noreste de República Dominicana.

una llamada de amor esperanzadora

Cuando volvió en sí, “no quería nada con nadie, solo lloraba, fue muy agotador”, dice que hasta cuestionaba a Dios y solo le pedía 30 minutos para descansar, después de los días que permaneció en UCI.

En el proceso, Cris recibió una llamada esperanzadora, el joven chileno con el que meses antes había contraído matrimonio en Monte Cristi, le dijo: “ponte bien, que voy en 15 días y te traigo para Chile”. Surgieron los cuestionamientos de la familia, pero ella no dudó y emprendió el viaje, en marzo de 2014, que luego la convertiría en una migrante destacada.

No mejoró por completo. Estando en la tierra de Allende siguen las secuelas de meningitis, como dificultades para pronunciar algunas palabras con la letra P y episodios de epilepsia, de los que fue operada con éxito.

estudia enfermería

Se preparaba para el futuro. Dos años después, “ingresé a la Universidad de Las Américas, que me recordaba la Universidad Primada de América en República Dominicana (La UASD)” a estudiar enfermería, con un desempeño excelente, convirtiéndose en la presidenta de la carrera de enfermería durante cuatro años.

El primer día en clases ¿ le hicieron la pregunta cómo se proyectaba, respondió: “Me proyecto como la primera Ministra de Salud extranjera que va a tener Chile”, lo que sorprendió a todos.

En los años de estudios se ganó “cinco fondos concursables”, que son recursos que se otorgan para desarrollar programas de orientación y capacitación en las áreas de la salud, como educación sexual para colegios, universidades, prevención del VIH y capacitación en primeros auxilios, y así fue forjando su liderazgo.

Los honores universitarios se iban acumulando, mientras esta polifacética migrante dominicana no paraba. Cuenta que el apoyo de sus maestros y compañeros fue crucial, y una vez terminada la carrera, con honores, la motivaron a continuar con un máster en Salud Pública, del que está por presentar tesis.

llega a harvard

“Cuando termino la carrera, un día me dice la vicerrectora, pero ¿te vas a quedar con nosotros ahora que terminaste, verdad?, ¿cuándo comienzas el máster?, y dije no es malo, voy a preguntar, hice las consultas y me llegó la aprobación: ha sido aceptada en el magister de Salud Pública”.

Una vez terminó la cátedra, se postuló para hacer la pasantía en Harvard y fue aceptada.

“Todavía es algo que no he asimilado completamente, es decir, estoy aquí en Harvard. De verdad soy yo? Uno nunca se imaginó estar ahí, una de las universidades más grandes del mundo” fueron parte de las expresiones de asombro de la joven, que los 18 años tuvo un diagnóstico funesto.

En su exposición en Harvard le tocó presentar un informe de comparar el sistema de salud chileno y el norteamericano, ver como innovar, “y lo hice súper bien”.

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