En un vídeo subido a X (antes Twitter) se ve como una madre sube a un avión de la compañía antes citada. Ella, durante toda su vida ha trabajado como criada. En el tuit se puede leer lo siguiente: “Sólo leemos las historias negativas sobre empleadas domésticas que trabajan en Oriente Medio y en el Líbano que han sufrido la peor parte junto con Arabia Saudí”.
Y añade: “Pero aquí tenemos una historia positiva que abarca tres décadas, por lo que no es una casualidad”. Y es entonces cuando explica la situación que se vive en el vídeo: “Una criada etíope trabajó en el Líbano durante 30 años para pagar los estudios de su hijo para que se convirtiera en piloto”.
Dicho y hecho. Esa mujer, al introducirse en el avión, no sabía lo que le esperaba. Ni más ni menos que su hijo pilotando el avión. Por tanto, un sueño hecho realidad. De ahí que acabara embargándola la emoción.
Su hijo, sabedor de quien iba a ser uno de los pasajeros de ese vuelo, la esperaba con un ramo de flores que le regaló. Y, como esta historia acaba teniendo un final feliz, nada mejor que compartir una botella de champán entre ambos y la tripulación.
