“Si una persona que no respira bien puede nadar de un país a otro, cualquiera puede lograr sus sueños”
Santo Domingo. – El exnadador de ultradistancia Marcos Díaz participó en una emotiva entrevista en el Podcast Yayopinto, producido y conducido por el dirigente político Eduardo Sanz Lovatón (Yayo), en la que relató sus inicios en la natación, los retos que debió superar para alcanzar el éxito y los proyectos en los que trabaja actualmente.
Durante la conversación, Díaz recordó que llegó a la natación debido a una fuerte crisis de asma que sufrió en su infancia, lo que llevó a sus padres a inscribirlo en este deporte. “Ellos nunca me hicieron sentir que mi condición era una limitante”, expresó, destacando que solo de adulto comprendió que respiraba menos que los demás, aunque ya había aprendido a no considerarlo un obstáculo.
El exatleta relató que tras años como nadador de piscina descubrió el triatlón, experiencia que describió como “un redescubrimiento”. Sin embargo, una lesión en el tobillo lo devolvió a la piscina, donde se reencontró con su antiguo entrenador, quien lo motivó a probar las aguas abiertas. Desde entonces, nunca volvió al triatlón.
Su incursión en la natación de larga distancia comenzó sin aspiraciones competitivas: “Para mí nadar dos, tres o cuatro kilómetros era lo máximo”. Luego de culminar sus estudios universitarios en República Dominicana, se trasladó a Nueva York para realizar una pasantía, donde participaba en competencias en Long Island y Nueva Jersey. En una revista conoció una carrera de 26 millas alrededor de Manhattan, que marcó un antes y un después en su carrera.
De regreso al país, entrenó en la bahía de Ocoa, donde realizó un nado de 37 kilómetros en nueve horas y siete minutos, logro que le permitió clasificarse a competencias internacionales. Su primera gran participación fue en el Cruce a Nado de la Bahía de Tampa, donde obtuvo el tercer lugar. Desde entonces, su carrera despegó hasta alcanzar retos como el Canal de la Mancha, uno de los cruces más difíciles del mundo, que completó en nueve horas y 56 minutos, tras cuatro intentos.
Díaz señaló que la hazaña que marcó su carrera ocurrió en 2005, cuando estableció un récord mundial al cruzar de ida y vuelta el estrecho de Gibraltar, entre Europa y África. “A partir de ahí pudimos financiar un año completo de entrenamientos. Hasta entonces, debía buscar recursos por mi cuenta, lo que afectaba el rendimiento”, explicó.
Durante once años de carrera profesional, el nadador dominicano acumuló importantes logros: ganó cuatro veces consecutivas el Golfo de Toroneos en Grecia, triunfó en una carrera de 20 km en Australia y fue clasificado entre los mejores del circuito mundial, alcanzando el puesto número 8.
Más allá de sus victorias, Díaz destacó la satisfacción de haber convertido un deporte poco popular en una fuente de inspiración para muchos. Recordó con emoción travesías benéficas como el nado de Boca Chica al Malecón, donde multitudes lo acompañaron, y las vueltas a Manhattan, donde ondeaban banderas dominicanas en los puentes. “Eso no tiene comparación”, afirmó.
El atleta eligió Palmar de Ocoa para su retiro, “el lugar donde todo comenzó”. Señaló que, a lo largo del camino, hubo frustraciones, pero que el mensaje que busca transmitir es que “todo empieza con un sueño, y lo más importante es mantenerlo vivo con perseverancia y sacrificio”.
Actualmente, Díaz continúa vinculado al deporte desde la gestión pública. Ha ocupado posiciones en la Agencia Mundial Antidopaje durante seis años y en la UNESCO, donde formó parte de la Convención Internacional contra el Dopaje en el Deporte.
Destacó que el deporte es una herramienta transversal para el desarrollo social, con impacto en educación, salud y seguridad ciudadana. “Como toda expresión social, el deporte refleja las virtudes y defectos de la sociedad”, expresó al reflexionar sobre la lucha global contra el dopaje.
Díaz no descartó incursionar en la política, asegurando que motiva a otros a involucrarse, señalando que se necesitan las mejores voluntades y la gente más preparada en el servicio público.
El deportista concluyó reflexionando que lo más importante en toda meta es mantener vivo el propósito y disfrutar el camino precisando que; “al mirar atrás puedas decir si lo lograste, que bien, pero si no, que bien me lo pasé”.




