Algunos juguetes sexuales pueden estimular directamente las zonas erógenas deseadas por las féminas, lo cual puede generar cierta dependencia hacia estímulos que sin ayuda de algún artefacto el hombre no puede conseguir.
En ese sentido, el psicólogo Alberto Adames recomendó a los hombres no utilizar juguetes sexuales de mayor proporción que sus penes.
Expuso que las personas deben tener mucho cuidado con las cosas que introducen a la habitación, porque a medida en que los juegos sexuales aumentan la pasión, la imaginación y la dinámica en la cama, también pueden crear ciertas dependencias.
“Si tú vas a entrar un consolador a la habitación, que sea más pequeño que el pene tuyo, no te puede poner a estar inventando con un asunto que es más grande, con el que la persona sienta más, con el que haya más fricción y que haya más emociones, porque puede que la persona se adapte más al pene que estás entrando que a tu propio pene”, expresó.
Durante su participación en el programa “Con la Dra. Controversia”, que transmite la plataforma digital El Nuevo Diario TV, el psicólogo manifestó que al adentrarse en los juegos sexuales, es crucial considerar la comodidad de las personas involucradas.
Por tanto, hizo énfasis en la importancia de la comunicación en todas estas prácticas sexuales, porque a través de ellas, las parejas pueden expresar sus preferencias, deseos y límites, lo que contribuye con el bienestar y la satisfacción mutua en la relación.
“Cuando hablamos de juegos sexuales hay que ver que tan de acuerdo está la pareja en practicarlos, porque incurrir en los juegos sexuales, para utilizar objetos sexuales, lubricantes, succiones de clítoris, entre otros, la pareja debe estar de acuerdo. Intentar hacer esto, pasando por encima del acuerdo el uno del otro, en lugar de reavivar la pasión, en lugar de aumentar la confianza, puede crear conflictos”, sostuvo.
