A casi un año de haberse colocado la banda presidencial para tomar las riendas de una República Dominicana golpeada por la pandemia de covid-19, Luis Abinader sostiene que lo que encontró en ese momento fue “un país con hambre de reformas” en áreas tan diversas como la institucionalidad, salud, seguridad, justicia, electricidad y régimen fiscal
Además, dijo que en este país había una cultura de corrupción en todos los niveles, tanto el el sector público como privado.
Al ser entrevistado por los directores de los medios que conforman el Grupo de Comunicaciones Corripio, el mandatario aseguró que el Gobierno ya se encuentra en un proceso de reformas, como aquellas que se llevan a cabo en la Contraloría General de la República, la Policía Nacional y el sector eléctrico, donde se proyecta la eliminación de instituciones como la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (Cdeee) y la Unidad de Electrificación Rural y Suburbanas (Uers).
El jefe de Estado también destacó la serenidad con que se desarrolló la última selección de integrantes de la Junta Central Electoral y jueces de altas cortes, a diferencia de los conflictos que tuvieron lugar en anteriores episodios de la vida institucional.
“Hemos llevado tranquilidad al país con instituciones apartidistas”, expresó Abinader.
En lista de espera
Respecto a aquellas reformas que requieren de cambios en el ordenamiento legal, como la reforma fiscal, el mandatario insistió en que esta debe discutirse este año a fin de que pueda aplicarse para el siguiente.
No obstante, a su entender, estos cambios en el sistema fiscal deben debatirse en un diálogo nacional donde se toquen puntos como el gasto público y el régimen tributario para así “poder definir el país que queremos”.
En cuanto a los impuestos, el presidente fue enfático al afirmar que “los que más tienen y los que más ganan tendrán que pagar más”.
Por otro lado, el jefe de Estado consideró sumamente necesario que se apruebe el Código Penal “por muchísimas razones”. Sin embargo, reiteró que el Poder Ejecutivo debe respetar la labor del Congreso y que, incluso, se debe tolerar cualquier división en el bloque de legisladores del Partido Revolucionario Moderno.
