SANTO DOMINGO.- Carlos Luciano Díaz Morfa, exjefe del Ejército Nacional y del Cuerpo de Ayudantes Militares, quien lleva 19 años como mayor general y 45 en las filas, ha sido designado este miércoles por el presidente electo, Luis Abinader, como el ministro de Defensa de la República Dominicana.
El también encargado de la seguridad del expresidente Hipólito Mejía por más de dos décadas, nació en Santo Domingo en 1959, siendo hijo de un general del Ejército, ingresó a la uniformada como cadete en el año 1975, graduándose con las mejores notas de su promoción.
Díaz Morfa de 61 años de edad, quien sucederá en el cargo al teniente general Rubén Darío Paulino Sem, ha realizado cursos de especialización, tanto en el país como en el extranjero, incluyendo Estado Mayor en el Fuerte Benning, Georgia, EE.UU., donde participó como instructor invitado por varios años.Tras la suspensión de las elecciones municipales del 16 de febrero, su nombre volvió a relucir en la prensa, puesto que el mayor general fue quien solicitó la asignación de la avanzada del entonces candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM, entre los que se incluyó al coronel Ramón Antonio Guzmán Peralta, quien fue investigado y dejado en libertad luego de ser vinculado al supuesto sabotaje a los equipos del voto automatizado.
Sus allegados, describen a Díaz Morfa como un oficial callado, gentil y leal, con dotes de buen caballero; controlador y exigente, un escolta sumamente celoso y pendiente de cada detalle en cuanto a la seguridad de su protegido, cosa que lo ha mantenido como espaldero del expresidente Mejía por más de veinte años.
En su gobierno (200o-2004) fue nombrado por decreto (627-02) como jefe del Ejército, en sustitución del mayor general Manuel Ernesto Salvador Polanco. Díaz Morfa duró seis meses en el cargo y luego volvió a su posición de Jefe del Cuerpo de Ayudantes Militares.
Los escasos reseñas biográficas que han sido publicados sobre Díaz Morfa, la mayoría lo perfila como un militar con alto sentido del deber, sumamente eficiente, responsable, conciliador, amigo sincero y consagrado al trabajo, rasgos que le han hecho ganarse el respeto de sus superiores, homólogos en grado y de los subalternos.